¿Quién está autorizado a conceder un préstamo en España?

Libertad para conceder préstamos

Cualquier persona física o jurídica puede prestar dinero en nuestro país, no se trata de una actividad reservada a una empresa. Es decir, los préstamos entre particulares, como familiares y amigos, también son viables y están regulados por ley. Para ello, tal y como explicaremos más abajo, los préstamos entre personas físicas deben quedar por escrito en un contrato.

Pese a esta libertad para conceder préstamos, la mayor parte de las empresas que se dedican a esta actividad están sujetas a la regulación y a la supervisión del Banco de España. Para saber qué entidades de crédito están autorizadas se debe consultar el registro oficial del Banco de España. Aquí entrarían los bancos y cajas de ahorros tradicionales, pero también multitud de entidades que ofrecen financiación alternativa como los establecimientos financieros de crédito o las plataformas online con proveedores.

Lo cierto es que la financiación alternativa a la bancaria tradicional se encuentra en auge. Los préstamos online viven su particular bum gracias a la rapidez de su tramitación, pero también a otras ventajas como las ofertas sin intereses o las mayores posibilidades de negociar si se producen impagos. Entre las desventajas, se encuentran los elevados intereses que conllevan muchos préstamos online: para evitarlo debes calcular bien la TAE y revisar la letra pequeña del contrato.

Más: Quiénes son el prestamista y el prestatario

Préstamos entre particulares

En los préstamos entre particulares intervienen dos personas físicas, que pueden ser familiares o amigos o alguien de confianza, aunque en internet también se pueden encontrar ofertas de desconocidos de personas que se dedican a prestar dinero a cambio de intereses. Pese a ello, conviene tener en cuenta que estos préstamos están regulados por la Ley 16/11 de contratos de crédito al consumo y que las condiciones deben quedar registradas en un contrato.

Aunque el préstamo sea gratuito y sin intereses, la operación entre familiares y amigos deberá quedar fijada con todos sus requisitos en un contrato en el que se detallen las condiciones o la ausencia de estás. Este contrato deberá redactarse por escrito con los datos personales del prestamista y del prestatario, el importe a prestar, los intereses y comisiones aplicados y, por último, el periodo pactado para la devolución del dinero.

Para evitar errores en la redacción del contrato, se recomienda recurrir al asesoramiento de un despacho de abogados o gestoría administrativa o descargar alguno de los modelos de contratos de préstamos -con o sin intereses- que albergan las páginas web de las asociaciones de consumidores. No es obligatorio elevar el contrato a escritura pública, pero sí debe quedar registrado y se recomienda que la Administración estampe su sello. Este paso también servirá para evitar conflictos entre las partes y malentendidos a la hora de devolver el dinero

Fuentes: Diario ABC, El País